Definir conjuntamente las condiciones de trabajo de un determinado sector o empresa es un proceso tan natural como arduo y necesario, y para ello se pone en marcha una negociación colectiva, su mejor instrumento.
Ahora bien, alcanzar acuerdos entre empresas y trabajadores, con la intervención de los sindicatos, y que beneficien a todos, si se planea de forma bien gestionada y con la actitud adecuada de las partes, puede llegar a ser tan satisfactorio que incluso todos los implicados duermen mejor y con la dulce sensación de haber arreglado el mundo, al menos durante un tiempo.
Ya, pero ¿Qué sarao es una negociación colectiva?
Son reuniones y procesos, con muchos papeles y café, y que se inician de manera voluntaria entre trabajadores y empresas, de forma representada.
Es habitual que se encarguen de la representación los sindicatos y, algunas veces, la patronal correspondiente por parte de los empresarios.
Y cómo no, abogados de por medio, que somos entre otras cosas los porteadores de los papeles.
Y hasta ponemos el café, si las reuniones se celebran en nuestros despachos.
Muchos son los motivos para poner en marcha una negociación colectiva. Y se contemplan muchos, según la empresa, el sector, la región, a nivel nacional etc etc..
Es como el café.
Y tú, ¿Cómo lo quieres?
Yo solo, que no he dormido nada.
Cortado para mí.
Con leche por favor, no, mejor un manchadito.
Y la leche, ¿fría o caliente?
De avena.
Como decía, se empiezan por muchos motivos.
Como es comprensible, cada uno tiene sus posiciones e intereses en el asunto.
Pero el objetivo es siempre el mismo:
¿Ir a tomar café?
No.
¿Llegar a consensuar soluciones?
Mejor que eso. Que las soluciones se conviertan en acuerdos. Y que los acuerdos acaben integrándose en alguna de las cláusulas de un convenio colectivo resultante.
¿Café para todos?
O leche de avena para todos. Si eso es lo que se acuerda.
¿Y qué beneficios se obtienen de la negociación colectiva?
Pues persigue la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores teniendo en cuenta la viabilidad para la empresa.
Se ha de comprender que debe existir el beneplácito de las empresas, que normalmente manejan mayores riesgos y se hacen garantes, más les vale, de que el acuerdo se mantenga vivo en el tiempo, a través siempre del convenio colectivo.
En líneas generales, entre café y café, una negociación colectiva maneja siempre;
- La mejor representación de los trabajadores: estos no están excluidos del proceso, sino que los representa el sindicato.
De hecho, para que el acuerdo resultante sea válido se ha de conseguir que todos los grupos tengan suficiente representación.
- Los temas a tratar: normalmente, se negocian cuestiones tan relevantes como los salarios, pero no es solamente el sueldo de los trabajadores, que difícilmente podrán mejorar sin los cálculos de los tiempos y las finanzas empresariales, impuestos incluidos.
A todos debe cuadrar de alguna forma.
- La comunicación y sus canales: Es fundamental comprender que toda parte tiene su posición y sus intereses, y por ello obligado mantener permanentemente informados a trabajadores y empresarios acerca de los avances de la negociación, qué ceder desde cada posición para alcanzar el interés de cada parte.
Contemplar procesos de negociación colectiva bien gestionados suele repercutir muy positivamente en el rendimiento laboral de los trabajadores.
Y es que la consecución de acuerdos impulsa el aumento de la productividad y por tanto la continuidad de la actividad, tanto laboral, como empresarial.
Y eso, sí que es interés común.
Y aparte de las tazas, platos y cucharillas, ¿Cómo se desarrolla una negociación colectiva?
Cada negociación es un mundo porque se plantea siempre desde escenarios distintos, pero hay varios pasos que antes o después acaecen;
El alcance y la titularidad de la negociación: es decir, a qué trabajadores afectarán los acuerdos y a cuáles no y qué organizaciones serán las responsables del proceso y las manos que sostendrán el bolígrafo que acabarán firmando el acuerdo.
La elaboración de la propuesta de negociación colectiva: con el objetivo de que la propuesta responda lo más fielmente a la realidad actual de los empleados, se hará un análisis exhaustivo de sus necesidades y estas se plasmarán en la propuesta.
Aquí es donde los abogados de toda parte sudamos la camiseta.
Celebración de la asamblea: el sindicato es el que convoca, según prevean los estatutos, a todos los afiliados para presentarles la propuesta y que la aprueben conjuntamente.
En esta reunión se selecciona a la comisión negociadora.
Comunicación a la empresa: se envía el proyecto de negociación a los empleadores y se solicita el comienzo oficial de la negociación.
En ocasiones la empresa toma la posición de no contestar, lo que deriva a que se acuda al Ministerio de Trabajo, es decir, a la antesala de la huelga.
Las huelgas suelen ser la medida de presión última, lo que bloquea todo, la actividad, la productividad, los salarios…solo se consigue aumentar la falta de sueño.
Firma del convenio: cuando hay acuerdos, se revisan de forma exhaustiva en el contenido del borrador del convenio para evitar futuros problemas con su interpretación.
Siendo así, se procede a su firma definitiva.
Normalmente después de la firma se suele pensar más en cervezas que en café.
Por último no hay definida una duración de los convenios, y aunque en los tiempos que vivimos nada se fía largo, se tiende a que se mantenga durante unos años.
Después de pasar por el trance de la negociación colectiva entre empresas y trabajadores, todos saben que deberán volver a cafetear.